En medio de un escándalo producido en una cadena de establecimientos por la venta de una variedad de sándwich de pollo y queso, el ministro de Asuntos Religiosos de Malasia ha declarado que las empresas que hagan un mal uso del logotipo halal serán castigadas.
Mohd Na’im Mokhtar ordenó al Departamento de Desarrollo Islámico de Malasia, JAKIM, que tomaran medidas contra quienes sean sorprendidos haciendo un uso indebido del logotipo halal para etiquetar productos alimentarios, calificándolo de “delito grave”. Este Departamento ha confirmado que una variedad de sándwiches vendidos en las instalaciones de la Universidad pública de Malasia y la empresa proveedora no poseen la certificación Halal oficial de Malasia. Las investigaciones solo han podido confirmar el certificado halal de la carne de pollo utilizada, pero no del total de sus ingredientes.
Un hecho este que no solo afecta a aquel país, sino que empieza a ser una práctica habitual encontrar empresas que carecen de certificación halal vendiendo sus productos alimentarios con tan solo una etiqueta halal, sin certificación halal ni rastro de entidad que supuestamente lo avale.
Aunque un proveedor pueda tener un certificado halal para alguno de sus ingredientes, este no otorga la condición halal al producto final
“El acto de la empresa de imprimir un logotipo halal en el producto no certificado es un delito bajo la Ley de Descripciones Comerciales de 2011 (Ley 730) y, por tanto, se tomarán acciones legales” pronunció el Departamento de Desarrollo Islámico
“Ningún producto o servicio puede describirse como halal o llevar una etiqueta halal sin la verificación y certificación del departamento”, Sirajuddin Suhaimee, director general de JAKIM
“Esto no implica solo a sus ingredientes, sino que abarcan los aspectos generales de manipulación, elaboración y procesamiento”
Responsablemente, el ministerio ha instado a los consumidores a recurrir al sitio web oficial Portal Halal o la aplicación de Verificación del Estado Halal de Malasia para confirmar que los productos que consumen han sido certificados por las autoridades pertinentes.
En España no existe una norma halal estándar que establezca los requisitos básicos para obtener el reconocimiento halal de sus productos, y ampare a los consumidores bajo firmes garantías y disposiciones legales. Es inexplicable la negligencia y omisión de acción de la Comisión Islámica en este asunto, un derecho reconocido desde 1992 que ha repudiado para el bien de los intereses comerciales de un puñado de certificadoras que dispensan su certificado según su propio criterio y al albur de la captación de una mayor cartera de clientes. El halal y los consumidores, como siempre, vendidos al mejor postor.
Falta un organismo técnico, preparado y creíble que ponga orden, establezca una norma firme y vele por unas buenas prácticas en el uso de la certificación halal. Los consumidores exigen sin demora una norma armonizada dentro de la legislación española que garantice los derechos de los ciudadanos y establezca las responsabilidades de empresas y certificadoras. El halal, bien lo vale.