En la actualidad, el debate sobre el sistema de pensiones es más relevante que nunca. Muchos de nosotros consideramos que recibir una pensión es un derecho adquirido tras años de trabajo, sin embargo, la sostenibilidad de este sistema, basado en un modelo piramidal, plantea cuanto menos, serias dudas sobre su viabilidad a corto largo plazo.
El funcionamiento del Sistema de Pensiones en muchos países funciona de manera similar a un esquema piramidal. Las contribuciones de los trabajadores actuales financian las pensiones de los jubilados. Este sistema se basa en la premisa de que siempre habrá una base amplia de trabajadores que sostenga la cúspide, donde se encuentran los pensionistas, pero este equilibrio se encuentra en peligro desde hace ya muchísimos años debido a diferentes causas como la corrupción, los factores demográficos y económicos.
La economía global también juega un papel crucial. Las fluctuaciones económicas, crisis financieras y cambios en el mercado laboral afectan severamente la capacidad de recaudar fondos suficientes para mantener nuestro maltrecho sistema de pensiones. La precariedad laboral, con trabajos temporales y la economía gig, reducen las contribuciones al sistema de pensiones actual.
Frente a los desafíos actuales, es esencial adoptar medidas proactivas que permitan asegurar la sostenibilidad de las pensiones. Esto implica no solo ajustes técnicos como se están realizando, sino también construcción de un consenso social sobre la importancia de reformar el sistema para beneficio de todos.
Aunque muchos veamos la reforma de la edad de jubilación un descalabro, tenemos que tener en cuenta que la esperanza de vida aumenta, así que es lógico reconsiderar la edad de jubilación. Ajustar paulatinamente la edad de retiro puede ayudar a mantener ese equilibrio entre el número de contribuyentes y beneficiarios, asegurando que el sistema siga siendo viable.
La economía gigworkers y los empleos temporales son cada vez más comunes, adaptar el sistema de pensiones para incluir a estos trabajadores es esencial y crucial. Esto implica la creación de mecanismos flexibles de contribución que se ajusten a ingresos variables, asegurando de esta forma que todos tengan la oportunidad de participar del sistema. La tecnología es un campo donde nuestro país se ha quedado estancado, esta puede jugar un papel crucial e importante para la modernización del sistema de pensiones. Las soluciones digitales pueden optimizar la gestión de los fondos, mejorando la transparencia y facilitando la participación de todos los ciudadanos.
Existen algunas opciones que se pueden estudiar, como los mecanismos automáticos que se ajusten a los beneficios de acuerdo con la esperanza de vida y la situación económica de nuestro país, esto podría ayudar a mantener el equilibrio financiero sin necesidad de reformas legislativas constantes. Promover la promoción de un enfoque holístico, fomentando la salud y bienestar a lo largo de la vida laboral, puede reducir los costos de salud asociados por el envejecimiento, liberando recursos para las pensiones, son inversiones a largo plazo que pueden tener un impacto positivo.
La deuda pública de nuestro país tampoco es favorable para la caja de las pensiones, ya que cuando los ingresos por contribuciones no son suficientes para cubrir las pensiones, los gobiernos a menudo recurren a préstamos, aumentando la deuda pública. Pero todo esto no podrá ser posible si no se fomenta el crecimiento económico de nuestro país para poder aumentar los ingresos fiscales y mejorar la capacidad de financiamiento del sistema de pensiones.